de CANCIONES PARA UNA MÚSICA SILENTE, Siruela, Madrid, 2014
1 comentario:
Ramiro
dijo...
El poema pretende silenciar, aunque el lenguaje de las palabras sea el medio usado por el poeta para referirse a algo. El lenguaje en este caso no quiere ser, “el ser presente”, quizás porque no se trata de que el poeta manifieste participación alguna, sino que sean las cosas mismas las que reivindiquen su estar ahí. El lenguaje no puede en este caso ni siquiera armonizarse con la realidad que no es lenguaje, sino casi pasar de puntillas, sigilosamente, como reconociendo que lo poético no está en el lenguaje de la poesía misma, sino que la poesía está para no estorbar la naturaleza de las cosas. Solo con el silencio del hombre, con el silencio del lenguaje, podemos desvelar el verdadero ritmo armónico de lo fundamental. Escuchar lo que de por sí ya tiene su sonido particular implicará reconocer la artificialidad de las palabras que, por mucho poesía que vistan, no alcanzan ni un ápice de la grandeza sonora de la realidad que se comporta con otro lenguaje. El silencio será una actitud, de escaso nivel antropocéntrico, del poeta ante lo que vitalmente le puede; debido a una actitud íntima, por los motivos que sean, religioso, contemplativo, “naturalista”,….o todo a la vez…..y nada.
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El poema pretende silenciar, aunque el lenguaje de las palabras sea el medio usado por el poeta para referirse a algo. El lenguaje en este caso no quiere ser, “el ser presente”, quizás porque no se trata de que el poeta manifieste participación alguna, sino que sean las cosas mismas las que reivindiquen su estar ahí. El lenguaje no puede en este caso ni siquiera armonizarse con la realidad que no es lenguaje, sino casi pasar de puntillas, sigilosamente, como reconociendo que lo poético no está en el lenguaje de la poesía misma, sino que la poesía está para no estorbar la naturaleza de las cosas. Solo con el silencio del hombre, con el silencio del lenguaje, podemos desvelar el verdadero ritmo armónico de lo fundamental. Escuchar lo que de por sí ya tiene su sonido particular implicará reconocer la artificialidad de las palabras que, por mucho poesía que vistan, no alcanzan ni un ápice de la grandeza sonora de la realidad que se comporta con otro lenguaje. El silencio será una actitud, de escaso nivel antropocéntrico, del poeta ante lo que vitalmente le puede; debido a una actitud íntima, por los motivos que sean, religioso, contemplativo, “naturalista”,….o todo a la vez…..y nada.
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